En una tranquila esquina de la rambla, una parada para un café de especialidad con dulces y salados hechos con productos frescos, orgánicos y locales.
Si tu café es latte, con leche fresca de Mallorca será aún más especial.
Sant Jaume
Uno de esos sitios en los que tiran las cañas con el amor que se merecen. Para chuparse los dedos: su tortilla de patatas con bacalao y su queso en aceite. Ojo también a la pata de pulpo y si hay croquetón de txuletón, ¡no lo dudes!
Antiquísima pastelería. Para chuparse los dedos: gató de almendra y cuarto embetumat. Dos de los dulces típicos de la gastronomía mallorquina. Curiosidad: el cuarto embetumat postre hecho sobre la base de un bizcocho muy ligero, esponjoso, casi aéreo por su liviandad, relleno de yema confitada y cubierto de merengue y/o merengue napado o cubierto de chocolate.